Cuando las reacciones de combustión no se realizan completamente, en los gases de combustión aparecen los inquemados, sustancias tales como hollín, monóxido de carbono e hidrocarburos. Proceden de la combustión incompleta del combustible.
Estos inquemados pueden ser de dos tipos: sólidos o gaseosos
Inquemados Sólidos:
Se producen a partir de combustibles sólidos o líquidos. Los cuales están formados mayoritariamente por partículas de carbono e hidrocarburos fraccionados.
La formación de estos inquemados puede deberse fundamentalmente a dos causas:
1) Mal funcionamiento del quemador.
2) Aire de combustión insuficiente y por tanto no se puede completar la reacción de combustión.
Estos inquemados sólidos se aprecian a simple vista por el ensuciamiento de los conductos de humo (hollín) y por la producción de humo oscuro. Lo cual produce dos efectos perjudiciales:
- Pérdida de potencia calorífica del combustible.
- Las partículas sólidas se irán depositando en la caldera dificultando la transmisión de calor de los gases al agua y por tanto, esto va a provocar un aumento de las pérdidas de calor por aumento de la temperatura de los gases en el conducto de evacuación y chimenea.
Inquemados gaseosos:
Están formados por CO e hidrocarburos ligeros. Las causas de su formación suelen ser:
- Insuficiente aire de combustión.
- Mal funcionamiento del quemador.
- Quemador inadecuado.
Cuando el combustible es un gas, su combustión incompleta puede producir elevadas concentraciones de CO (el mejor indicador de la mala combustión) y otros hidrocarburos. Los hidrocarburos ligeros (principalmente metano) pueden provocar explosiones, a partir de concentraciones elevadas, en el conducto de evacuación o en la chimenea por inflamación espontánea.
Información sobre eficiencia y ahorro energético, extractos de interés de la Guía técnica: Procedimiento de inspección periódica de eficiencia energética para calderas.
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